Querida ella, mi prima que hoy en este comienzo del verano, hubiera llegado a los setenta y dos, recuerdos de aquella niñez, de la adolescencia, de mi madurez, también con ella a mi lado, en sus días en el hospital, yo cuidándola, con su mirada, de silencio, con su seriedad, ella, fue mi madrina, la que en mis días de niña, me traía a primera hora de la mañana, mis juguetes, mis ilusiones, ella, se casó, no lo sé si por amor, o por compromiso, a los pocos años, le vino esa enfermedad que tuvo durante años, que supo llevar con total resignación, nunca tuvo hijos, tampoco sé porque, fueron años de sufrimiento, de lágrimas sin lágrima, pero ante todo me quedo con nuestras charlas, en su casa, en esos días de verano, cuando yo iba al pueblo, cuando llegaba su cumpleaños, la felicitaba y si no estaba la llamaba, y eran momentos de felicidad, sin una felicidad elegida, hoy en su cielo, en su divinidad, hubiera llegado a ese cumpleaños, y en ese cielo, ya lo cumple rodeada de sus seres queridos, enviandonos su luz, nuestra luz...Feliz martes, amigos todos, que las ilusiones sean motivos para otros recuerdos.
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