En la rosaleda de otro mayo, tenía los diecisiete años, cada día el mismo sitio, ese lugar del parque, primero sóla, después en compañía de ese nuevo amor, Bruno, las suaves caricias, los suaves besos de una dulzura, y se sentía la magia en el ambiente, caminada la primavera, nadie sabía su nombre, sus orígenes, una mañana de un recién estrenado mayo, cuanto te quiero, eres lo mejor que me ha pasado en la vida, le decía él a ella, y los dos suspiraban, era un amor bonito de verdad, se levantaban de aquel jardín de la Rosaleda, y continuaban con su paseo, era un abrazo inesperado, en un ambiente maravillado, esos diecisiete estaban repletos de pensamiento, quedarían siempre en ese recuerdo, hoy treinta años después, los dos llegaban a esa rosaleda, con los años de una madurez absoluta, en el mismo mes de mayo, sonreían, estaban llenos de alegría, porque la vida les había regalado, una familia feliz, con dos hijos, con dos nietos, y todo era un cúmulo de circunstancias, en una sóla, entre la mirada y la experiencia...Feliz miércoles amigos, en aquella rosaleda, mi juventud, a mis diecisiete en algunos tiempo de otra azúcar.
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