Se llamaba Libertad, era una mujer que llego un día a la ciudad, y paseaba, y no hablaba con nadie, yo la observaba, y pensaba que era una persona digna de conocer, de saber, como pensaba, como decía, a quien amaba, a quien no decía, pero una mañana de un recién iniciado verano, la ví salir de su casa, vestida de novia, del brazo de un señor, que pienso era su padre, y yo mientras daba mi paseo por esa calle, la seguí, seguí, a ese coche que se dirigía a esa catedral, y también entre, y me senté, entre los invitados, como una invitada más, llegó ella, el novio la esperaba en el altar, era una belleza, exótica, digna de ser mirada, había tanto amor, respiraba tanto amor, cuando se acercó hasta él, ambos se miraron, sus miradas derrochaban mucho sentimiento, mucha pasión, realmente si, era el verdadero hombre de su vida, la ceremonia de escalofrío, a la salida ya convertidos en marido y mujer, se respiraba esa felicidad en el ambiente, y yo también era feliz porque también estaba enamorada del amor, de la vida, unos años después, llegué a conocer a Libertad, en un banco de una calle cualquiera, comenzamos una charla, y seguimos una amistad, nuestra amistad, tenía dos niñas, y era feliz con su Juan, su adorado Juan, ya se iban a ir de la ciudad, nos despedimos, se fue aquella Libertad, nada sé, me queda su recuerdo, su aroma, su ella...Feliz jueves amigos, el recuerdo de las personas maravillosas nunca puede olvidarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario