Querida Tere, cuanto te echo de menos, hoy sería tu santo, habría subido a felicitarte, te hubiera dado tu regalo, y serían esos momentos tan bonitos que vivíamos cuando estabas a nuestro lado, pero te llevo en mi recuerdo, en mi alma, en lo más profundo de mis sentimientos, eras esa alegría personificada, esa simpatía andante, esa nostalgia durante esos catorce años, tu, yo, y papá, los tres ante el café de la tarde, compartiendo charlas, risas, anécdotas de tu vida y de la mía, bailabas con papá, y era un ambiente distendido, con esa sensibilidad de los minutos de una felicidad compartida, han pasado quince años desde tu partida a esa otra orilla, y somos distintos, todo ha cambiado, somos más auténticos con nuestra vida, tenemos otras amistades, vivo otra etapa en mi vida, mi nueva vida, a mi manera, papá, ya hace dos años que se fue, si, ya lo se, que está a tu lado, bueno de alguna manera todos juntos, unidos, y velando por mí, desde ese cielo, entre las estrellas, cuantos segundos de aquellos tiempos de azúcar, cuando te contaba, cuando me contabas, tu perrita, Chita, Agustín, ese amor, Jesús, tu recordado marido, tus sobrinas, tus amigas, esa peluquería que fue tu profesión, y yo te contaba, recuerdas, el del coche, el amor, Pablo, ese chico pasajero, cuantas charlas, las confidencias al oído, esas Navidades, esos fin de año, hoy el sentimiento en mi vida, parece que está en mi alma, está en mi cada día, en mi pensamiento, en la sonrisa, en la alegría, está en todas las cosas de mi nuevo caminar, feliz Santo Tere, ese beso a ese cielo, a esa divinidad, te recuerdo en esa sonrisa...Feliz sábado, amigos, ese recuerdo, un santo, una persona especial.
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