Esa carta de tantas cosas, a esa hora de una noche cualquiera, de un verano cualquiera, el romanticismo reinaba en el ambiente, ella estaba sola, con su dolor, con su depre, con esa falta de un cariño, que nadie le daba, ella sólo amaba a ese hombre que le había cambiado las normas, que le había dado color a su vida, pero un día la abandonó sin darle una sóla explicación, y quedó en la ausencia, en la oscuridad, y se sucedían los días, los meses, los años, y en ese verano, en ese calor que le acariciaba el rostro, ella, recibió una carta, a través de su ordenador, y le decía tantas cosas, que sus lágrimas caían sin poderlas controlar, y fue un segundo en un minuto, él le pedía perdón, le decía que le amaba, que la había echado de menos, en esa distancia, que en unos días, llegaba para estar a su lado, toda la vida, ella, no se lo podìa creer, no se lo podía confesar, sentía ese cúmulo de sentimientos, al leer, Querida mía, te pido ese perdón, te deje con tanto amor, te deje en esa soledad, me fuí sin darte una explicación, y hoy me siento perdido, ahora voy a por ti, porque te amo, siempre te he amado, cometí un error, y ahora te pertenezco, y me perteneces, ya no llores más, no habrá más lágrimas, sólo amor, sólo sonrisas, ella, anhelaba, ya volvía a ser...Feliz miércoles, amigos, dicen tanto las palabras de una carta, que llevan al sentimiento más profundo.
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