Pensando bajo el diluvio, en esa tarde de otoño, Marta frente a esa ventana escribía en su ordenador, en ese silencio que tiene la única soledad, en su misma soledad, de repente en una de sus pausas, miraba a ese diluvio, a esa lluvia que caía sin parar, y pensaba en su niñez, en esa adolescencia sin sus padres, porque habían muerto en un accidente, pensaba en Miguel, el amor de su vida, esa persona importante en ese alrededor de su juventud, que le había dejado huella, y sólo le había querido a él, le escribía a su gran amor, Miguel, Querido mio, mi querido Miguel, mi huella, mi destino, mi sueño que un día se hizo realidad, mi sonrisa, mi mirada en su mirada, la sensibilidad, la cercanía, la inspiración, me cambiaste la vida, me cambiaste las normas, ese nuevo sendero, mi caminar, hasta que esa ausencia, tu ausencia, me hizo meditar, me hizo estar triste, y por medio de este email, solo quiero que vengas, que estés, que me abraces, que me beses, que me sientas, el timbre de la puerta, sonó, Marta se levanto, y era él, Miguel, su gran amor, frente a ella, los dos se acercaron sigilosamente, pausadamente, y sonó un beso, un verdadero beso apasionado...Feliz fin de semana, amigos, pensar en ese gran amor, en la inspiración, en la melodía de una nueva canción.
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