Allí en Punta del Este, maravillosa ciudad de Uruguay, daba mis paseos, por esas calles, tan hermosas, tan bonitas, observando, esos edificios, esos parques, los jardines, la inspiración de ese mar que asoma a lo lejos, y cerca a la vez, era feliz, estando en ese paraíso de ciudad, sentía mi libertad en mi interior, en mi intimidad, meditaba sobre mi misma, sobre esos pensamientos positivos, porque esa única ciudad, me hacia comprender que los sueños se hacen realidad, y yo seguía con ese paseo, saboreando la brisa en mi rostro, y pensaba en mi propia filosofía de vida, en mi propia poesía, en la historia de mi historia, entré a esa cafetería, enorme, en rosa, repleta de gentío, y me senté , tome un café, era esa mañana tan diferente, tan distinta, tan oda y metáfora, espere unos segundos, quizás unos minutos, y entro él, esa persona tan importante para mí, mi ilusión, mi dulce sabor a miel, esa esencia de ternura y dulzura a la vez, y vino hacia mi, me abrazo, me beso, sentí su calor, su protección, su fidelidad, eramos dos extraños enamorados que volvían a encontrarse, en ese punta de mundo, lejos de ese alrededor, que ya era nuestro alrededor...Feliz tarde de martes, amigos, en esa maravillosa ciudad, se puede sentir, lo que es la verdadera esencia de una brisa.
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