En la intensidad de los momentos, en ese dulce sabor a miel, en la historia que comienza, surge el flechazo, ese destino que ya estaba escrito para ellos dos, Mariela y Jacob, ese sentimiento, esa mirada la una frente a la otra, una amistad, una ausencia, el tiempo transcurrido, ella, su camino, él su camino, unas vidas paralelas y diferentes a la vez, las mentes en el recuerdo de cada uno, años que suceden, veinte años después, en aquella tienda, el reencuentro, el saludo, la alegría de versen, de decir como si el tiempo no hubiese pasado, todo seguía igual, en el mismo camino, en el mismo momento, todo estaba escrito, en la misma intensidad, la cafetería, poner al día sus vidas, el teléfono, los teléfonos, una llamada, una semana, estaban echos el uno para el otro, estaban en la misma cuerda de la vida, ellos dos, el amor, el sentimiento los unió, los separó, les dijo sin decir, la ilusión, el punto de partida, el pensamiento, en el mismo pensamiento, los valores, lo que verdaderamente importaba, la declaración de ese amor, la noche en esa primera cita, después de muchas citas, esa unión, la emoción de ese ambiente, el escalofrío en la piel, minuto de una felicidad compartida, ese beso, ese abrazo, una verdadera historia de amor...Feliz domingo amigos, vivir lo que os pertenece en la misma intensidad.
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