En
las montañas de Ruana uno era el poeta que decía ser dentro de un orden donde
las cosas son como se quiera que sean, y así Jaime era como se sentía al pasear
cada tarde de verano una de esas tardes dónde las lágrimas salían de la
profundidad de su alma, al saber que la única mujer de su vida, Rebeca había
fallecido de un accidente desgraciado de coche, para Jaime la luz ya no podía
volver a salir porque era hombre sólo y triste, apenas tenía amigos, porque
ellos ya tenían su vida echa y formada, y Jaime solamente hacía que llorar y
sentirse impotente en una sociedad que no comprendía o no entendía que su
soledad era lo peor que le estaba ocurriendo en su mundo, en un mundo que había
formado con Rebeca cinco años antes con planes de hacer una vida en pareja y
posible matrimonio, y meditando aquella tarde de verano, Jaime pensó que tenía
que hacer y algo y cambiar, debía de cambiar el rumbo, porque por una vez tocó
casi fondo y comprendió que si no se comía el mundo, el mundo se lo comería a
él… fue rápidamente al aeropuerto tomó el primer avión y se dirigió a Punta del
Este, no sabía que haría, como sería su existencia, ya que viajo a ciegas, pero
como no hay mal que por bien no venga, al llegar se pateó la ciudad, fue
familiarizándose, y encontró un centro llamado, “EL RINCON DE LA POESIA”, se
reunían escritores de los alrededores y ponían en común sus poesías y escritos,
Jaime al estar en aquel lugar, le pareció un paraíso encontrado al final de un
túnel, pensaba en Rebeca pero parecía como si una voz interior, le dijese que
tenía que luchar por si mismo y quererse, a ella le hubiera gustado que
Jaime fuera una persona nueva y así es como desde aquel día comenzó a ser la
única persona que podía cambiar las llaves de su destino, y allí, en las
montañas de la poesía de Ruana uno y alguien comenzaba a ser importante…

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