En los días
de mayo, a plena primavera con el sol por el horizonte que sale entre tímido y
radiante, y yo me siento entre la incertidumbre y la ilusión, por mi recuperación,
mis obras del teatro para el grupo, y mi disculpa en el aire, junto a la deuda
pendiente, que intuyo que un día en el momento menos esperado llegará, no
espero un milagro, una fantasía, un sueño realizado, sólo espero, quedarme con
la conciencia tranquila, para poder seguir mi camino cerrando una herida que
desde hace veinticinco años sigue abierta, y parece ser que no tengo del todo
la tranquilidad en mi interior hasta que esto no se produzca, y en estos días
de mayo entre los paseos, las nuevas compras de la primavera, los iniciados
caminos, quiero salir de esta incertidumbre, y en un vivo sin vivir en mí, para
cambiar de rumbo, de imagen, y darle por fin la mano a ese amor que hace unos
años me tendió una mano y yo le volví la espalda, siendo amiga de una soledad
insólita…

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