Queremos cambiar, observando las hojas y las saetas de
un reloj, que marca las horas rápidas, un amanecer, un mañana, la tarde, y el
anochecer, dando por terminado ese día, la vida es demasiado rápida, para
pararse a llorar, y la debemos de llevar con una sonrisa, frente al mar,
queremos cambiar, tendremos que intentar.
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