Querida Mamá; hoy hubieras llegado a ese cumpleaños, a tus ochenta y ocho, ya sabes que eres mi ángel de la Guarda, y te llevo cada momento de mi vida, en mi caminar, en mi alma y en esa profundidad de mis sentimientos, eres esa luz que me acompaña, que me protege y me sonríe en mi pensamiento, te fuiste muy pronto de mi lado, y tuve que aprender a madurar, a ser yo misma, a sentir esa energía, ese ímpetu y esa seguridad en mi personalidad y en mi autoestima, hoy eres mi magia, que hace que reflexione en cada minuto de este nuevo caminar, Felicidades, mamá te mando el abrazo más grande, y el beso inolvidable.
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