Un destino marcado para ese amigo que en aquella curva hace veintiún años, se encontró frente a la otra orilla, se fue a los veinticinco en su cuarto de siglo, tras haber vivido una vida como él quería, siempre en su moto, con esa personalidad arrolladora siendo esa persona que amaba esa libertad, ese ímpetu, esa energía de saber ser él, en aquel día, en aquel minuto, de ese último momento apurado al máximo como esa llama que se enciende y se apaga, hoy es esa estrella que nos protege, que nos transmite esa luz, nuestra luz...Feliz día de viernes amigos, que la dicha reine en esa felicidad.
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